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Universidad de Chile

Artículo del Prof. Juan Francisco Coloane

El caso Embajada de Costa Rica: Cerco a la noticia en tiempo de elecciones

El caso Embajada de Costa Rica

El siguiente artículo del profesor del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile, Francisco Coloane, fue censurado en su momento (2005) por los medios de comunicación nacionales. Su publicación en este Boletín tiene la finalidad de ilustrar hasta qué grado continúa funcionando en nuestro país una profunda y no percibida autocensura.

Desde el minuto uno, cuando el secuestro se consumaba a media tarde, el cerco a la noticia entre el Gobierno de Chile y el Gobierno de Costa Rica, se detectaba. Lo palpó un periodista local que no quiso ser nombrado, so riesgo de perder su trabajo e inclusive su vida o la de su familia. Así es Costa Rica el país de una atribuida fama de paz y democracia. Esa decisión de contener la información, aún no tiene explicación y puede constituir un serio traspié en la conducta de la política exterior chilena. Los crímenes del guardia son un hecho policial, pero un hecho policial dentro de una Embajada siempre es un acto de alto voltaje político. Asimismo, sería equivocado, y contrario a los tiempos, recurrir al argumento clasista de que la posición inferior del guardia, determina el grado de severidad política del hecho.

Costa Rica y su Contexto

Existe una visión generalizada, que no se puede admitir públicamente porque se corren graves riesgos, señalando a Costa Rica como uno de los paraísos de la corrupción bien llevada. El "tico" como se les llama cariñosamente al gentilicio del país, ha acomodado una sociedad bajo la batuta del consenso por omisión. Son tantos y tan graves las omisiones de hechos graves, que todo "tico" los admite como hechos, nada más. Es una sociedad pragmática por excelencia. Brian Loveman un Cientista Político especializado en tiranías en el continente señala que Costa Rica aún mantiene en su constitución rasgos de las antiguas constituciones que modelaron una sociedad bajo el instrumento de una tiranía legal. "Los ticos en el poder son mafiosos, y cuando no están en el poder también", dice un abogado en Centro América que no desea ni siquiera que se le señale el país en que reside porque el "tico" es capaz da hacerlo desaparecer. Enfatiza que "dado que es un país bien pequeño, donde todos se conocen, es imposible que exista la denuncia o los procesos de ataque a la corrupción, al menos exista un consenso entre varios grupos, de que cuando a un grupo se le audita, es para finalizarlo. Costa Rica es un anatema de la pretendida modernidad en política. En las esferas del poder funciona con los parámetros de Chicago EEUU de los años 20, o Nueva York de los Años 30 y 40. Y vaya como funciona. Costa Rica tiene fama de ser la democracia de mayor calidad en América latina, muchas veces comparada con los mejores tiempos de la democracia chilena, sobretodo el actual.

Costa Rica por lo demás, ha sido considerado por la justicia norteamericana como el lugar de refugio de los grandes evasores de impuestos de los EEUU y también de los grandes delincuentes de cuello y corbata. El país, se permite no tener un ejército regular como el resto de los países porque el sistema de coerción interno es más brutal de lo que uno se imagina. La población blanca es esencialmente racista con el afroamericano, con el mulato y con el chino.( Ver la obra Puerto Limón del escritor de Costa Rica Joaquín Gutiérrez).

Amnesty International ha tenido siempre dificultades de fiscalizar las violaciones a los DDHH en Costa Rica " porque éstas corren por carriles legales insondables", y que se hacen imperceptibles, por los códigos internos, dice una fuente costarricense, que no desea ser nombrada públicamente. En Costa Rica no hay libertad de prensa porque los que escriben y funcionan en los medios, pasan un criterio de selección que es dirigido por el gobierno a través del organismo corporativo que congrega a los periodistas.

Todo este ambiente de control del poder y de que la semblanza internacional de Costa Rica como un país altamente democrático no se altere, es manejado por un grupo de élite en el poder que se reproduce desde más de un siglo, y se desempeña con excepcional sofisticación en ambientes internacionales claves como la ONU, OEA, y la diplomacia en general. Esto ha sido analizado en extensión por los analistas de revistas como el Monthly Review y NACLA, en los EEUU, y medios como el New Yorker y el Village Voice de Nueva York.

Un problema de gestión y de política y la relación la exposición mediática de Chile con el caso Jiménez.

Los crímenes del guardia son un hecho policial, pero un hecho policial dentro de una Embajada siempre es un acto de alto voltaje político. Asimismo, sería equivocado, y contrario a los tiempos, recurrir al argumento clasista de que la posición inferior del guardia, determina el grado de severidad política del hecho.

El tema central es que una alta exposición mediática y el tipo de protagonismo internacional de Chile, hace que este hecho aparentemente de raíz policial tenga un ribete en el entorno que lo hace inmediatamente incidir en aspectos políticos. Este alto perfil chileno caracterizado por tropas en Haití, envío de asesores a Irak en tareas humanitarias y electorales para un gobierno artificial, por la actitud con Bolivia y Chávez, necesita de otro tipo de gestión, donde hasta la punta del lápiz tiene que ser diferente, y adaptada a los nuevos requerimientos. En este renglón cae el caso del guardia Jiménez, que es la punta del Iceberg.

Si Chile por razones estratégicas se tiene que alinear con los EEUU en materia internacional, debe cambiar su estructura de manejo diplomático incluyendo aspectos de seguridad y protección, que hoy - como se ha demostrado en Costa Rica - no existen.

El asunto de Costa Rica es de gestión, pero la gestión refleja el estado de situación de la función diplomática y de su contenido. Ese contenido no contempla que a mayor exposición mediática, mayor posibilidades de riesgos existen si no se consideran factores de protección. Esto es una regla básica en seguridad. Al menos de que no deba ser de conocimiento ciudadano, el financiamiento de esa nueva estructura diplomática que contenga todo el conjunto de nuevos requerimientos incluyendo los factores de protección, no existe.

El serendipityi Jimémez hace detonar una crisis

La acción indeterminada del guardia Jiménez es el detonante de un aspecto de esa gestión que no ha cambiado. En Ciencias Sociales ( Sociología funcionalista) existe el factor llamado serendípity, que es el elemento o fenómeno no considerado en el conjunto de variables en el análisis, pero que de repente adquiere un valor inesperado que no se buscaba.

Actúa como el factor sorpresa. Pues bien, en la nueva política exterior QUE NO SE LE HA EXPLICADO A LA GENTE EN FORMA INTEGRAL Y PEDAGÓGICA, es indispensable al menos, reducir en las nuevas condicionantes que se van formando, los efectos del factor "serendipity", cuando ocurre como algo disfuncional.

En Irak, uno de los grandes problemas ha sido las falencias en el análisis lo que ha resultado en una operación de costos tan altos que se hacen casi inalcanzables ( Ver paper del Institute for Policy Studies Wa.) la operación Irak ha estado plagada de serendipity, más allá del factor de una resistencia que estaba en los planes.

Si Chile quiere operar a lo gringo tiene pues que hacer como los gringos: construir bunkers, proceder con selección y control más precisos, y ejercer el buen manejo estalinista de las estructuras, como lo está haciendo la Administración Bush, para aquellos que piensan que el estalinismo es sólo un fenómeno de la izquierda.

El cerco a la noticia puesto en forma conjunta por los Gobiernos de Chile y Costa Rica, es un indicador de que estamos en presencia de un fenómeno de extrema gravedad. Este control a la noticia ocurre en medio de un período eleccionario en donde oposición y gobierno en Chile han augurado una lucha sin cuartel.

La bandera más robusta del gobierno de Lagos, que ha sido infranqueable para una derecha que se siente impotente, es aquella de la política internacional. Es difícil, en las condiciones actuales de la política internacional, que el capital de prestigio acumulado por el Gobierno de Lagos en política exterior, se vea disminuido por un problema de gestión local en una Embajada, en el caso de que así fuera.

Sin embargo, lo de Costa Rica , si no se revierte el palpable cerco a la noticia, puede tener el efecto de ser el hecho que podría ensuciar una marcha impecable, a los ojos del elector común, y a los ojos de la derecha, en el campo internacional del gobierno. La derecha y su coqueteo con el candor fascista, puede haber encontrado con el caso Costa Rica, el agujero en la estrategia del gobierno en el plano internacional.

Si no, no se explica que el diario La Tercera, que opera al ritmo de cuenta regresiva frente a las elecciones municipales, y hace explícita su desesperación para que la oposición gane, haya apostado a un enviado especial en San José, para cubrir un nuevo dossier que se amplifica en la cartera internacional chilena. Algo huele mal en el trágico episodio, y eso se detecta cuando un hecho que en apariencia es de estricta incumbencia criminal de pronto adquiere relevancia política.

En un clima global en donde se evidencia cada vez más el aumento de las desconfianzas, la investigación de Costa Rica no debe marchar a la velocidad del descifrar la cinta magnética que registró ruidos y voces en un teléfono descolgado por varias horas en la trágica embajada. Las señales deben ser otras y la población chilena debe estar expuesta a un esfuerzo de ser instruida en el nuevo escenario internacional para Chile que de pronto se agolpa y que afecta directamente las vidas de las personas, a partir de sus sentimientos.

En el crimen del guardia Jiménez no está en juego la política exterior chilena. No es como el crimen de un nacionalista indio molesto por la división de la India, que asesinó a Gandhi. Ni remotamente. Pero pensar que el hecho termina con la investigación del hecho criminal, sería una mala señal.


Fecha de publicación:
Miércoles 2 de mayo, 2007