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Universidad de Chile

Libertad de expresión en la TV chilena

Barómetro de calidad para noticieros provoca polémica

Barómetro de calidad para noticieros provoca polémica

La decisión del Consejo Nacional de Televisión de aplicar un instrumento para medir la calidad de los noticieros de televisión chilenos genera posturas encontradas en el ámbito de los medios.

Frecuentemente, el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) realiza estudios y los aplica, tal como ya ha hecho en ocasiones anteriores, con sendas herramientas que miden la calidad de las telenovelas y de los programas infantiles, por ejemplo.

Ya en mayo del 2003 la entidad había propuesto un barómetro de calidad de los noticieros, pero su inminente puesta en marcha ha despertado una serie de suspicacias al interior de la industria televisiva y en círculos académicos.

El barómetro es un estudio que realizará el CNTV a 10 emisiones de los noticieros centrales. Se evaluará a las cinco principales estaciones chilenas (Red Televisión; Televisión Nacional de Chile; Mega; Chilevisión, y Canal 13).

El propósito del estudio es abarcar tres dimensiones, a saber, la calidad de los noticieros, la ética de éstos y, por último, el uso de recursos de producción.

El Consejo evaluará las notas informativas individualmente y, además, al noticiero como programa. De las notas se tomará en cuenta la relevancia que tenga la noticia y el uso de las fuentes, ya sea en cuanto a su número o al aporte que brinden.

Del mismo modo, será objeto de estudio la relación texto-imagen, puesto que hay investigaciones que señalan que comúnmente las imágenes son "inadecuadas", ya sea porque son de archivo y esto no se explicita, o porque lejos de ser representativas de la noticia, sólo buscan generar alto impacto.

Con respecto al análisis del noticiero como un todo, se tomará en cuenta a los actores y temas que aparezcan mencionados y, además, se medirá el esfuerzo de producción, considerando variables como ubicación en terreno de los periodistas, presencia de entrevistados y desempeño de los conductores. De estos últimos, se constatará si sólo repiten lo que dicen las fuentes o si realizan un mayor esfuerzo por interpretar o relacionar los contenidos. También se examinará el uso formal del lenguaje, detectando muletillas, entre otros vicios.

Claudia Gil, investigadora del Departamento de Supervisión del CNTV, señaló que "el fin no es imponer sanciones, sólo 'umbrales' de evaluación. Las notas serán como en el sistema escolar, de 1 a 7, y las variables que implicarán una baja calificación serán, entre otras, el exceso de centralismo, el abuso de escenas de dolor o la sobreoferta deportiva".

Según defiende el CNTV, este estudio, que tomó dos años en ser diseñado, responde a parámetros internacionales y recoge la experiencia de investigaciones similares realizadas en Estados Unidos (Universidad de Columbia), en España y en Chile recoge las conclusiones del informe VAP (Valor Agregado Periodístico) de la Universidad Católica de Chile.

Durante el 2004, además, el CNTV sostuvo diversas rondas de consultas con especialistas en la materia para enriquecer el instrumento. Claudia Gil explicó que "la intención del barómetro es aportar a la industria y ayudar a la gente a recibir un mejor producto. Como no tiene poder sancionador, la idea de quienes preparan el barómetro es que los canales reflexionen y puedan modificar ciertos defectos".

Controversia

Quienes critican la medida señalan que este es un nuevo intento gubernamental por controlar lo que ven los ciudadanos en pantalla.

Quienes la apoyan reconocen que la calidad actual de la televisión no es buena y que el mercado ha sido incapaz de cumplir un rol responsable al respecto.

La Presidenta del CNTV, la periodista Patricia Politzer, defiende este nuevo sistema de evaluación y señala que su fin es que "los noticieros centrales sean más Patricia Politzer, periodista U. de Chile, directora del Consejo Nacional de TV.informativos y no caigan en notas sensacionalistas que lo único que hacen es deformar la realidad al televidente".

En entrevista publicada por La Nación Domingo, Politzer añade que "la responsabilidad frente a la calidad del mensaje televisivo ya no puede limitarse a la televisión pública. La calidad es un desafío y un deber de todos los comunicadores. Como lo hemos sostenido insistentemente, estamos convencidos de que calidad y rating son compatibles".

Uno de los detractores del barómetro es Lucas Sierra, profesor de Derecho de Telecomunicaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile e investigador del Centro de Estudios Públicos (CEP). Para él, iniciativas como el barómetro son el fiel reflejo de un Estado que "asume de manera paternalista, errónea y muy pretenciosamente que los ciudadanos son incapaces de distinguir entre buenas y malas noticias y que, por lo tanto, debe filtrar la forma en la cual las personas se entretienen y se informan", tal como declaró a La Nación Domingo.

Frente a lo anterior, el abogado especialista en temas de libertad de expresión, Juan Pablo Olmedo, señaló que dado que los noticiarios son claves a la hora de conformar la agenda y el debate públicos, "existe una motivación legítima por parte del Estado para adoptar medidas que, sin ser intervencionistas ni obligatorias, se adapten a las normas internacionales de buenas prácticas destinadas a elevar la calidad de los medios de comunicación, puesto que hay evidencia empírica de la falta de ésta en los noticiarios de la televisión abierta en Chile".

Olmedo enfatiza que lejos de constituir intervención estatal, el barómetro garantiza el cumplimiento de un deber constitucional del Estado, el cual es asegurar la cara colectiva de la libertad de expresión. Ésta conlleva un deber estatal en pro de posibilitar que informaciones relevantes, sobre todo aquellas de interés público, lleguen a la ciudadanía.

Una mirada distinta la entrega el Presidente del Colegio de Periodistas, Alejandro Guillier. En declaraciones a la prensa señaló que con esta medida el objetivo del periodismo se ve trunco, puesto que como "la característica del periodismo es el golpe noticioso (…), encontrar puntos de vista distintos de los hechos y la originalidad, la creatividad se ve castrada cuando tú partes de una cierta definición a priori de 'esto es lo correcto', sobre todo porque va a ser una definición desde el poder, de los que tienen la manija".

Olmedo reconoce que una vez que se haya puesto en práctica, el barómetro debe ser objeto de rectificaciones y adecuaciones en la medida en que se detecten falencias. Para él, el temor a la intervención gubernamental carece de prueba fáctica; sin embargo, señala que "si el instrumento no cumple con el rol que le fue señalado, existirán mecanismos como los tribunales de justicia para controlar los abusos del gobierno. Ese miedo no tiene razón de ser. Veamos primero cómo resulta el barómetro".

Olmedo reclama que la oposición al barómetro se da en abstracto y sería contraria al sistema de libertad de expresión, el que simpatiza con la experimentación. Por lo anterior "debería darse el principio de buena fe al Estado cuando adopta medidas como ésta, puesto que nacen de su naturaleza constitucional".

Lucas Sierra arremete contra esto diciendo que, fruto de la adopción de medidas como el barómetro, el CNTV "se vuelve inquisitorial y se convierte en legislador y juez, algo totalmente contrario a un orden social libre". Considera "un signo de gran inutilidad" el hecho de contar con un instrumento que no sea capaz de imponer sanciones una vez que haya detectado determinadas deficiencias. Para él, este tipo de regulaciones sólo implican trabas a las libertades individuales. Sierra va más allá y afirma que un organismo como el CNTV no debiera existir.

Según Olmedo el tema de fondo es que "ante la inexistencia de iniciativas del sector privado destinadas a velar por una mejor calidad de los medios de comunicación, el Estado tiene un rol subsidiario. Aquí la pregunta es ¿qué tipo de sistema de libertad de expresión se tiene? Si acaso es uno basado en contenidos democráticos o uno basado en contenidos de mercado. Ambos dicen defender la libertad de expresión, pero mientras el primero privilegia ciertos tipos de expresiones por sobre otras, el segundo pone en forma igualitaria todo tipo de expresiones y, por ejemplo, tanto una crítica política como una expresión pornográfica tienen el mismo valor en materia de protección, pues es el mercado el que elige".

Aunque en el CNTV aún no definen la fecha exacta de la aplicación del barómetro, la idea es hacerlo dentro de los próximos cinco meses. Mientras tanto, la discusión está que arde.

Iván Otazo
Programa de Libertad de Expresión

Fecha de publicación:
Viernes 20 de mayo, 2005